Leo ininterrumpidamente desde los 4 años. Cada día de cada estación. Y ya son 48 años dialogando con otras mentes a través de los libros. Mis compañeros de viaje cósmico. Mis multiplicadores de universos.

Compartir lecturas con otras personas es un goce en sí mismo, una especie de contagio venturoso donde todos los involucrados nos enriquecemos.

Es mi principal motivación. Contribuir a crear espacios de lectura donde el entusiasmo lector se contagie. Un faro desde donde la mirada se expanda. Un hogar lector con estufita, tortilla de rescoldo y un mate amigable desde donde compartir experiencias lectoras, alegrías y tristezas, ventanas de Jan Potocki hacia la memoria individual y colectiva. Un espacio para querernos, valorarnos, empatizar y maravillarnos con la diversidad humana.