¿Por qué leer?

Jorge Muzam

«Leer bien es uno de los mayores placeres que puede proporcionar la soledad, porque, al menos en mi experiencia, es el placer más curativo. Lo devuelve a uno a la otredad, sea la de uno mismo, la de los amigos o la de quienes pueden llegar a serlo. La lectura imaginativa es encuentro con lo otro, y por eso alivia la soledad. Leemos no sólo porque nos es imposible conocer bastante gente, sino porque la amistad es vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por el espacio, el tiempo, la comprensión imperfecta y todas las aflicciones de la vida familiar y pasional». Esto es lo que dice el crítico literario norteamericano Harold Bloom en su libro Cómo leer y por qué.

Puedo añadir mis propias razones que me fueron convirtiendo en un lector entusiasta y permanente. Lo primero fue ver que otros leían. Cada integrante de mi familia sumido en algún libro, revista o periódico. Ver el interés y hasta la impaciencia que manifestaban esperando que los libros se fuesen desocupando para que otro lo empezase inmediatamente.

Otro recuerdo es que las historias que salían en los libros eran tema de conversación, de sobremesa, de tarde, de anochecida, entre mis tíos, mis abuelos, mi madre incluso. A través de lo que aprendíamos en los libros se iba conformando un pensamiento complejo, una especie de alegría hacia lo diverso, una empatía a flor de piel, y especialmente una conciencia crítica ante convenciones sociales, ideologías políticas y las noticias mismas que nos proveen los medios, casi siempre contaminadas de alguna intencionalidad en su trasfondo.

Rápidamente me fui sumando a esa voracidad lectora. A toda hora. Todos los días, meses, estaciones y años de mi vida posterior. Desde los cuatro años nunca he dejado de leer, y creo que me ha permitido explorar, sentir, reflexionar y vivir en universos distintos, épocas distintas, mentalidades y costumbres distintas, historias de vida, la historia universal, los grandes cismas del ser humano, los avances y tropiezos de la humanidad, la filosofía, la biografía, el ensayo, la poesía como exploración en sí misma del alma humana y los engranajes de la existencia. El Ñuble profundo, mi tierra, que ha sido visto, sentido e inmortalizado a través de tantas letras. Los precursores de la pluma, del lápiz y la máquina de escribir que plasmaron el amor y la esperanza en hojas blanquecinas que el tiempo se ha resistido a borrar. La memoria transcrita, para que los que vienen sientan orgullo de sus orígenes, para que amen la tierra, valoren el esfuerzo ancestral y perpetúen una forma de ver y cuidar el mundo.